Empecemos aclarando que TODAS las vaginas y vulvas son normales. ¡Sepa que no hay 2 vulvas iguales! ¡Debe estar orgullosa y agradecida de su vagina y vulva! ¡Ella le sirve bien! Es un recipiente de placer, trae vida al mundo, nos da una idea de nuestro medio hormonal interno.
Pero eso no quiere decir que no haya mujeres que a veces sientan que su vulva podría ser mejor. A menudo hablo con señoras que se quejan de que sus labios internos son largos e incómodos con cierta ropa. Las atletas han compartido conmigo que tienen rozaduras de los labios durante sus actividades extenuantes, y que esto les prohíbe rendir en su plena capacidad. Hay mujeres que han tenido bebés o fluctuaciones de peso que han cambiado el aspecto y el tacto de sus vulvas.
Para estas mujeres (y otras), me complace informarles de que existen formas de modificar el aspecto y el tacto de la vulva. Muchas mujeres ni siquiera saben que existen las reducciones de labios vaginales o del prepucio del clítoris. ¡Sí, señoras! ¡Tienen opciones! ¡Pueden obtener alivio!
No señora, no es usted la única. Esta es una de las quejas más comunes que escucho de los pacientes que vienen a verme. Constantemente tienen que volver a introducir los labios en su ropa interior, leotardos o trajes de baño. No pueden llevar cómodamente ciertos tipos de lencería por miedo a que los labios se escapen. Se sienten acomplejadas porque creen que se ve un gran bulto a través de la ropa más ajustada. Estas son quejas COMUNES que las pacientes comparten conmigo.
En general, existen dos técnicas habituales para la labioplastia. Triangular vs recorte. Durante la consulta, determinaremos qué técnica se adapta mejor a su anatomía específica. No existe una técnica única, y dependiendo de sus objetivos, decidiremos el mejor enfoque para su labioplastia
El clítoris se sitúa justo en la parte superior de la abertura de la vagina y es responsable de la sensación placentera asociada a las relaciones sexuales. En ocasiones, la hipertrofia labial (crecimiento excesivo del labio) también puede ir acompañada de tejido redundante alrededor del clítoris. El tejido a ambos lados del clítoris se denomina prepucio del clítoris. Por lo tanto, en muchos casos en los que una paciente desea someterse a una labioplastia, también es necesario reducir el prepucio del clítoris para que la vulva tenga un aspecto más equilibrado. Si no se aborda el prepucio del clítoris, el resultado final de la labioplastia puede hacer que la zona parezca “sobrecargada”.
En el mundo de la ginecología estética, algunas pacientes pueden quejarse de que los labios mayores parecen “desinflados” o de que no se juntan en el centro para cubrir los labios menores. Una forma de solucionar este problema es “inflar” los labios externos. Podemos utilizar grasa obtenida de otra parte del cuerpo, mediante liposucción, para “inflar” los labios. Lo bueno de la transferencia de grasa es que las células grasas son células vivas. Entre el 20 y el 30% de las células grasas inyectadas en los labios se fijarán y permanecerán en su nuevo lugar. En esencia, se trata de un procedimiento “de una sola vez” con resultados duraderos. Por otra parte, los rellenos dérmicos también pueden utilizarse para el relleno labial. Los rellenos dérmicos suelen durar unos 12 meses, lo que significa que el paciente tendrá que reinyectarse de vez en cuando para conseguir el aspecto deseado.
Aquí es donde el PRP puede ayudar. El plasma rico en plaquetas, o PRP, es el componente de la sangre que contiene proteínas especiales, denominadas factores de crecimiento, que ayudan a la cicatrización y favorecen el crecimiento celular. Mediante la inyección de su propio PRP alrededor del clítoris y el punto G, podemos ayudar a mejorar su estimulación sexual. Los resultados suelen durar alrededor de un año.